No importa si tu empresa acaba de arrancar o si ya lleva años consolidada en su sector: conocer los pormenores de la newsletter debe ser una prioridad para todo negocio que se desarrolle en Internet. Esta herramienta del Marketing Digital forma parte del Inbound Marketing, una serie de técnicas destinadas a incrementar nuestra base de datos (y, con ella, nuestro volumen de negocio) de una manera no intrusiva. En concreto, la newsletter se ubica en las últimas etapas de una estrategia Inbound, ya que para poder enviar este tipo específico de correo electrónico es necesario que contemos con un requisito imprescindible: suscriptores.
Mediante técnicas como el posicionamiento (SEO y SEM), el marketing de contenidos o las acciones realizadas en redes sociales conseguimos que los usuarios se acerquen a nosotros y conozcan nuestra marca. Dichas técnicas formarían parte, sobre todo, de las fases iniciáticas e intermedias de una campaña, cuando la necesidad más imperiosa es captar clientes. Una vez hayamos logrado añadir dichos clientes a nuestra base de datos (respetando con minuciosidad la nueva normativa europea —el RGPD—), los segmentaremos según nuestros intereses y ya estaremos en disposición de elaborar varios tipos de newsletter para cada subgrupo de suscriptores.
Las ‘motivaciones’ de la newsletter
Dado que las personas con las que vamos a comunicarnos mediante el envío de correos electrónicos han dado su ‘consentimiento inequívoco’ para que les mandemos emails comerciales de manera periódica, nuestro primer objetivo es ser consecuentes: debemos ofrecer en nuestras newsletters contenido de valor, que resulte atractivo y se corresponda con aquello que el suscriptor espera de nuestra marca.
Al margen de esta consideración, también debemos establecer con claridad cuál es el propósito que deseamos alcanzar con nuestros boletines comerciales: ¿queremos informar sobre el lanzamiento de un nuevo producto? ¿Cerciorarnos de que un lead es un consumidor en potencia de uno de los servicios que estamos a punto de sacar al mercado? ¿Mejorar nuestra imagen de marca de cara al público más joven de nuestro target? ¿O sencillamente recordar a nuestros queridos suscriptores que seguimos estando a su entera y completa disposición? Definir la razón primera que nos mueve a realizar el envío de una newsletter en cada campaña es primordial si queremos alcanzar el éxito: es decir, un alto grado de rentabilidad.
El contenido de los correos comerciales
El siguiente paso de cara a la correcta elaboración de una newsletter será determinar qué clase de contenido debe incluir nuestro mensaje, así como la estructura y el diseño en los que quedará enmarcado. Dependiendo del tipo de empresa que seamos y del objetivo que persiga cada campaña en particular, el contenido y su diseño podrán variar de manera considerable. No obstante, debemos tener siempre presente que toda acción que realicemos (en este caso, cada una de nuestras newsletters) debe responder a una sensación de unicidad. Es decir, que cada interactuación con nuestros suscriptores tiene que ser coherente con el resto, para así ir consolidando nuestra imagen de marca. Por ello, y aunque el contenido de cada boletín periódico sea distinto, el usuario debe ser capaz de reconocer que un correo pertenece a nuestra empresa con un solo vistazo.
De la anterior idea se deduce que debemos prestar especial atención a dos elementos: el asunto y la ‘estética’ de nuestra newsletter. En cuanto al primero, lo más recomendable es que siempre se utilice el nombre y al menos un apellido de la persona que envía el correo digital. Asimismo, dicho nombre propio irá incluido en el remitente, así como también, en la medida en que el formato de la newsletter lo permita, al final del mensaje (y con firma incluida). De este modo estaremos dotando a cada una de nuestras comunicaciones de un elevado grado de personalización, uno de los rasgos más característicos de este instrumento del marketing digital.
En cuanto al diseño o ‘estética’ con los que envolvamos el texto, los caminos son casi tantos como empresas existen. Es decir, que no hay una fórmula que asegure el éxito. Eso sí, te recomendamos que no llenes de contenido gráfico (fotografías, botones de call to action, etc.) tus newsletters, ya que corres el riesgo de abrumar a tus lectores y de que Gmail (o cualquier otro servicio virtual de mensajería) mande tu correo directamente a la bandeja promocional.